🍮 Un clásico francés que nunca pasa de moda

La crème brûlée no necesita presentación. Solo con romper esa capa crocante de azúcar caramelizado, se despiertan memorias, antojos e inspiración. Es un postre con historia: apareció en recetarios franceses desde el siglo XVII, aunque su origen se disputa entre Francia, Inglaterra y España.

Lo que sí es claro es que es un ícono de la pastelería clásica: simple en ingredientes, pero elegante en técnica.

Con solo crema, yemas, azúcar y vainilla, logramos una textura aterciopelada que se derrite en la boca… y al final, una capa crujiente que se rompe con la cucharita como un pequeño ritual. Aquí te comparto mi versión favorita, con medidas exactas y consejos para que quede perfecta en casa, aunque no tengas soplete.


✨ Ingredientes (4 a 6 porciones)

  • 1 litro de crema de leche fresca
  • 90 g azúcar blanca
  • 8 yemas
  • 1 cdta pulpa de vainilla o semillas de 1 vaina de vainlla o 1 cdta de extracto o esencia de vainilla
  • 1 cdta canela en polvo
  • ¼ cdta clavo de olor molido
  • ⅛ cdta nuez moscada
  • Para servir
  • 10 cdta azúcar

👩‍🍳 Preparación paso a paso

  1. Precalienta el horno a 160 °C (325 °F).
  2. Calienta la crema hasta que comience a humear. No debe hervir.
  3. En un bol, bate las yemas con el azúcar hasta que estén pálidas.
  4. Agrega lentamente la crema caliente sin dejar de batir. Añade la vainilla.
  5. Vierte en ramequines y colócalos en una fuente. Agrega agua caliente hasta la mitad de su altura.
  6. Hornea 35–40 min o hasta que el centro esté apenas firme.
  7. Refrigera mínimo 4 horas o toda la noche.
  8. Antes de servir, espolvorea azúcar encima y carameliza con soplete o grill. ¡A disfrutar!
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