🖤 Una tarta rústica, dorada y absolutamente inolvidable
La Tarta Vasca es una de esas recetas que no buscan la perfección visual, sino la del sabor. Nació en San Sebastián (España), y aunque parece un cheesecake común, su textura ligera, su superficie quemada y su interior casi tembloroso la han hecho famosa en todo el mundo.
Lo mejor es que no necesita base, ni horno a baño María, ni técnicas complicadas. Solo ingredientes de calidad, un buen batido y un horneado a alta temperatura para lograr ese color caramelo tan característico.
Aquí te comparto mi versión, perfecta para quienes buscan un postre cremoso, elegante y con historia.
🍰 Ingredientes (molde de 23 cm)
- Queso crema 1 kg (4 tazas colmadas), a temperatura ambiente
- Azúcar blanca 300 g (1 ½ tazas)
- Pasta o extracto de vainilla 1 cucharada (opcional)
- Crema de leche 300 ml (1 ¼ tazas)
- Huevos 5 unidades grandes (250 g aprox.)
👩🍳 Paso a paso
- Precalienta el horno a 210 °C (410 °F).
- En un bol grande, bate el queso crema, azúcar y vainilla hasta que la mezcla esté muy suave y sin grumos. Raspa los bordes y base del bol.
- Agrega la crema de leche poco a poco a velocidad baja, solo hasta incorporar (¡sin batir de más!).
- Añade los huevos uno a uno, mezclando lentamente para evitar incorporar aire.
- Prepara el molde con papel pergamino en forma de cruz, dejando que sobresalga por los bordes. Vierte la mezcla.
- Hornea de 30 a 40 minutos hasta que la parte superior esté dorada y el centro todavía se vea tembloroso.
- Deja enfriar completamente a temperatura ambiente y refrigera al menos 8 horas antes de cortar.
- Sírvela fría, con cuchara o en porciones generosas.
Su centro debe estar cremoso, como un flan firme pero delicado. Cada mordida… es puro amor vasco.